Las Cronicas de Fede

Mi vida, que mas?

Nombre: Fede

abril 28, 2006

Giro-puerta


Un pasado funesto me asocia con las giro-puertas...

Sucediose ya mi última semana de trabajo en el estudio, y dado que no tendré oportunidad en el futuro de continuar una línea de investigación que venía trabajando, paso a exponerla en un informe que peca de incompleto.

El primer postulado de la Termodinámica, la ley de la conservación de la energía, nos advierte en resumidas cuentas (es en realidad bastante más complejo) que la energía no se pierde ni se genera, sino que se transforma. Este principio, fue formulado ante la imposibilidad de construir o encontrar un objeto que se mueva por sí mismo, un móvil de movimiento perpetuo (como el que construye Lisa cuando no puede ir más a clases y se aburre). El hallazgo o construcción de tal objeto hubiese justificado la supuesta pérdida de energía universal que, de no reponerse de alguna manera, terminaría por acabar con el universo. Como no pudieron, escribieron estas leyes salvando la situación…

Se han naturalizado hoy día tanto los preceptos de la termodinámica que nos resulta casi impensable que esta no es sino un parche ante la ineficacia humana para sostener una primera teoría. Ante la imposibilidad humana de hallar este objeto que genera energía por sí mismo. Aristóteles planteó en primer término la existencia de éste objeto, al que se refirió como motor universal, y Tomás de Aquino terminó por utilizarlo para probar la existencia de Dios, aludiendo que Dios mismo, no sería sino, éste objeto.

No puedo asegurarlo, como dije, no tuve oportunidad de profundizar al respecto como hubiese querido, pero creo haber encontrado este objeto.

Lejos de encontrarse en algún recóndito paraje, protegido por monjes sectarios de alguna antigua dinastía, se encuentra a la vista de todos y no es otra cosa que la mismísima puerta giratoria de la Dependencia nº 9 de la DGI. (De aquí en más, me referiré a la puerta giratoria como “giro-puerta” que es un vocablo mucho más copante)

He de decir que por cuanto pude comprobar por mis medios y tiempos, nunca he visto la giro-puerta de la Ag. 9 detenida. Aún cuando nadie la atravesaba, ésta giraba sin cesar en soledad. Es más, habituada quizás a ella, las personas sólo pasan, sin empujarla.

Hay quienes consideran que los minutos que haya yo podido observar el peculiar comportamiento de esta giro-puerta distan mucho de una eternidad, ergo, no estaría yo autorizado a sostener semejante barbaridad.

Es por esto que, armado con mi teoría, quise contrastarla con más gente de carácter científico y conocer sus pareceres. Armé un grupo yahoo.

Dentro de el mismo, mi teoría tiene gran aceptación pero han surgido a su vez, otras tantas que pugnan junto con la mía por el trono paradigmático en nuestra pequeña sociedad científica.

Una de las primeras en emerger se hizo escuchar desde su sencillez. Postula la existencia de algún mecanismo eléctrico que mantenga en movimiento a la giro-puerta. Aunque verosímil, esta teoría no cuenta con muchos adeptos. Dicen que es aburrida.

Rivaliza en popularidad con la mía, a la vez que provoca avalanchas de mails de discusiones por día, la teoría del mini-agujero negro. Formulada por el doctor Ramiro Brunotto, sostiene que se ha formado un diminuto, microscópico, agujero negro en las inmediaciones de la giro-puerta. Éste succiona el aire y permite a ésta funcionar en una especie de burbuja de vacío perpetuando su movimiento.

Por último, un grupo un tanto más místico, de metafísicos y seguidores de la tira Macanudo, creen firmemente más que postulan, la existencia de duendes que engrasan y empujan la giro-puerta.


Amigos, la verdad está ahí afuera. A por ella digo!

abril 21, 2006

La piedra cae.


Típica imagen vacacional.

La turística ciudad de Tandil tuvo el honor de contarnos a un servidor y a Natalia entre sus visitantes el pasado fin de semana. Tanto ésta como sus paisajes me resultaron muy agradables, y otro tanto la mayoría de sus habitantes. No así el clima, que si bien tuvo la decencia de no precipitar, nos hizo rechinar los dientes del frío.

Salvando la necesaria mención sobre el registro de algo de actividad anti-aristimuñan, como se puede observar en la fotografía aquí abajo, no hubo mayores sobresaltos.


El desprevenido transeúnte de abajo, soy yo. Malditos anti-aristimuñans!

En definitiva, fue un fin de semana reflexivo si cabe. Aproveché el tiempo para reflexionar sobre mi ya conocida situación mientras visitaba “El Centinela” (la piedra que se puede apreciar en las imágenes), el mirador, o al gorilón que me dispensó las dosis antirrábicas. Al respecto decidí renunciar. Ese trabajo no me sirve, son muchas horas, estoy exhausto, no es tanta plata, y la carga de presión y enfurruñamiento que conlleva no se justifica.

En consecuencia, ya comunicada mi renuncia a fin de mes, me encuentro a la “caza” de algún empleo part-time ya que quiero hacer a su vez, alguna pasantía de psicología. Al mismo tiempo, dejo una vacante a mis espaldas para quien tenga a bien soportar a mi en breve ”ex-jefa” por unos pesos y/o algo de experiencia. Si a alguno de ustedes les interesa, con gusto intercedo para conseguirles una entrevista.

Bueno, con esto, prometo que ya para la próxima retornamos a la normalidad, con más humor, investigaciones y aventuras! Los espero!

abril 13, 2006

Una semana de perros


Mutilame cuando quieras HAS...

La semana se perfilaba mal, el lunes llegué al trabajo con un nivel de sueño atroz que me hacía temer la perspectiva del resto del día.

Mi primer encargo constaba en un cobro en Guardia Nacional al 2600. Era un viaje largo, pero una sensación de incomodidad me impidió dormir, a su vez, el sueño me impidió leer o resumir algún texto académico.
Una vez en destino, a una cuadra de llegar se me acercó un perrucho negro a manchas marrones, de esos que parecen ratas grandes histéricas. Comenzó a ladrarme y yo lo ignoré. Pero este perrucho tenía un amigo mayor, a quien fue a buscar ante mi indiferencia. A su amigo, cruza de ovejero alemán con alguna cosa rara, no lo ignoré, y ante el respeto que me inspiraba me dispuse a cruzar la calle.
Eso estaba haciendo cuando, a traición, me mordió en la pantorrilla derecha.

Aquí abro un paréntesis para una necesaria reflexión. Nótese que dos días después de publicar un escrito sobre la ciencia y arte del caminar sufro un atentado canino en mi pierna, extremidad de la que casualmente me valgo para caminar. ¿Coincidencia? Claro que no. Si a esto sumamos la extrañísima serie de incidentes que a continuación relataré llama mas aún la atención. Aún no pude esclarecer el asunto, pero estoy seguro de que involucra Antiaristimuñans y alguna conspiración alienigena.

De vuelta en la oficina comuniqué mi injuria a mi superior presente (subjefa) quien me instruyó me dirigiese al Instituto Pasteur.
El Instituto Pasteur es veterinario, no humanario, de modo que me dijeron que vaya al Hospital Durand a tratar la herida para luego regresar a hacer la denuncia correspondiente.
Así lo hice. En el hospital no tenían mucho tacto pero, en lo que cabe, fueron bastante amables. Resultó que por las dudas, al tratarse de un perro de la calle, me aplicarían la vacuna antirrábica. Esta vacuna cuanta con nueve dosis (!!!) a aplicarse una por día durante siete días y luego dos refuerzos a la semana y a las dos semanas respectivamente.
Si, mi hombro parece un colador.

Tras recibir la primera dosis, volví al Pasteur a realizar la denuncia. Hoy por hoy la ciudad no cuenta más con el servicio de perrera municipal, por lo que el único bien que hizo mi denuncia es avisarle al que la recibió que se ande con cuidado por Guardia Nacional que hay un perro bravo suelto.

Yo no sé si fue la mordida, la vacuna, el hecho de que no había comido. , la perspectiva de tanto pinchazo o lo que científicamente se conoce como “julepe”, pero el tema es que me bajo la presión.
Harto ya de mi existencia en ese maldito lunes, llamé a la oficina y me tomé el resto del día.

Pero allí no terminan mis penurias. Aparentemente, mi organismo reaccionó mal al agente vacunil extraño y me dio fiebre.

Falte a la facultad, y el martes me tuve que tomar el día del trabajo otra vez.

Paralelamente, con la vacuna me recetaron un antibiótico, y con la fiebre, un antitérmico. Me costaron $38 y $11 respectivamente.
El miércoles me presenté en el trabajo, presente a mi jefa las recetas y los tickets de los medicamentos y ella desconfiando injustamente de mi buena fe, dice que no se va a hacer cargo y que no cree que los de la ART tampoco me devuelvan nada… y adosó a esto una reprimenda por supuestas “faltas de huevos” en el laburo…

¿Y porque? ¿Por faltar un día porque tenía fiebre? ¿Por qué entro más tarde porque tengo que ir todas las mañanas a ponerme la maldita vacuna en el Durand? Claro, son menos horas de trabajo para ella… y yo tengo que responder… Ella, en cambio no, ella no tiene que responder… Ella espera que yo sacrifiqué mi salud, quiere que responda más de lo que corresponde con un sueldo que no lo justifica, y por su parte ella no hace ni siquiera lo que le corresponde.

Estoy de malas. Incluso considero hacerle caso a Anita y dejar el laburo. Pero esa decisión la dejo para el lunes, no me gusta reaccionar en caliente.

Ahh.. Mañana me voy de camping a Tandil y ahora se largo a llover con todo…

Aristimusic: Los descubri hace poco en un recital de Kevin Johansen. Musica Celta Gallega, la rompen. Luar na Lubre.

abril 08, 2006

Aún más trucos para caminar


"I can´t dance ... I can´t talk... The only thing about me is the way that I walk" - Genesis

Incansable en mi labor por el bienestar pedestre de la humanidad, no acusándome satisfecho con los sin embargo importantísimos avances ya obtenidos en anteriores publicaciones sobre la trucología del caminante (AQUÍ y AQUÍ), a modo de tesis de doctorado en la materia, presento en esta oportunidad a mi fiel lector una nueva entrega con mis últimos y más recientes descubrimientos en el campo.

En primer lugar, el truco que quizás resulte mas popular es el de La Macadita de Tiempo (recordemos la importancia de la nomenclatura en diminutivos de los trucos). Para hacer uso de este ardid, es menester contar con algún dispositivo capaz de reproducir música. El truco consiste en marcar con los pasos el tiempo de la canción. Si se da el caso de una canción rápida, se recomienda hacer uso de ambos pies marcando el tiempo alternativamente con uno y otro pie al caminar. No así si es un tema lento, donde este proceder resultaría en un avance demasiado disminuido. Para estos casos, se recomienda usar un solo pie marcando el tiempo con este cada vez que le toca el paso al mismo, o incluso, que un pie marca el tiempo una de cada dos veces. En tiempo, pueden improvisar distintos patrones de pasos que se adapten a los distintos ritmos que pudieran escuchar.

En segundo lugar, propongo un truco a lo mejor efímero y poco frecuente, pero que sin dudas se cuenta entre los más divertidos: La Esquivadita del Meteoro (haciendo referencia al Meteoro de Pegaso).
Es bastante común, en ciertos barrios populosos u espacios verdes, encontrar vendedores en las aceras. Entre estos se cuentan los vendedores de burbujeros, que promocionan su producto con oleadas de burbujas que inundan las calles. En un espíritu infantil admirable, muchos intentan atacar las burbujas para así destruirlas o capturarlas. Pero ahora, si mediante una abstracción considerásemos Meteoros de Pegaso a las burbujas, podríamos comprobar cuanto más divertido resulta esquivarlas. De este modo, al esquivarlas, podríamos jactarnos de poseer un 7mo sentido.
Es cierto, son sólo unos segundos, pero esos pocos segundos nos dejan un volumen de felicidad que nos permite caminar con una sonrisa una buena porción de cuadras sin mayores pormenores.
(Una variante interesante sería, en compañía, comprar uno de estos aparatejos burbujeantes y que, por turnos, uno camine delante del otro lanzándole meteoros)

A modo de conclusión, un último truco que es probablemente mi personal favorito de un tiempo a esta parte: La Relatadita Deportiva.
El escenario, el mundo es un estadio gigantesco, el deporte, avanzar caminando lo más rápido posible esquivando obstáculos, el giro interesante, mentalmente uno se auto- narrará las “jugadas” en la voz de uno o dos relatores deportivos (TIP: Se recomienda un relator mexicano o cubano y otro que se llame Carlos) que lo endiosan y elogian a uno en su desempeño esquivantil. La llegada a destino simbolizaría lo que un gol en tiempo de descuento a un partido de fútbol. De esta manera, se podría obtener algo similar a lo siguiente:

“- Oye Carlo´, has visto que destreza?
- Así es José Enrique! Es impresionante el despliegue técnico del jugador! Mira, está pasando entre 5 personas sin siquiera bajar la velocidad! Que capacidad de calculo!
- Es increíble Carlo´! Pero mira Carlo´, mira!! Allí adelante vienen como 7 junto´ Carlo´! No podrá pasar Carlo´!
- Pero lo hace! Que habilidad! Que quiebre de cintura! Y que frialdad para conservar la calma! Bajó de la vereda, sin duda no se esperaban esa maniobra…”


Muy bien, con lo antedicho, alcanzando ya el Doctorado en Trucología del Caminante Honoris Mensa, me despido. No duden en consultar cualquier duda.

abril 02, 2006

La teoría de Marcos


Notaron que la guitarra que me dibuja siempre HAS, no lleva funda?

El cadetismo profesional le ofrece a uno la oportunidad de conocer un sinfín de personajes urbanos de nuestra querida ciudad. Es el caso de Marcos. Yo me encontraba transitando la calle florida, peatonal por si no la conocen, en retorno a la oficina, cuando…

Marcos: (tocándome insistentemente el hombro) Flaco! Flaco!
Yo: (apagando el reproductor de mp3 y quitándome los auriculares) si?

Mi vista se encontró con unos importantes bigotes. Tras ellos, un sujeto de unos cuarenta años vestido con un suéter verde. Tenía algún aire ruso se podría agregar… De todas formas, continuó en perfecto porteño…

Marcos: Disculpame, noté que ibas para allá, y como yo también, me preguntaba si no podrías escucharme unos minutos…
Yo: …?
Marcos: No te asustes. Te voy a explicar. Disculpame si resumo mucho o me olvido algo, pasa que como que ya estoy medio podrido de contar esta historia…
Yo: Y porque la seguís contando?
Marcos: Porque es la única forma de trasmitirlo que conozco…
Yo:
Marcos: Bueno, vos viste que se dice que la magia no existe?

Me tomó por sorpresa, no se andaba con rodeos…

Yo: … si …
Marcos: Bueno, pero los Faesyr si pueden hacer magia…
Yo: Faesyr?
Marcos: Tenía que ponerles un nombre… Faesyr suena copado, o no?
Yo: Erm… si... está bueno…
Marcos: Además va con “y” griega, y la “ae” es esa "ae" que la "e" esta al revés y van como pegadas, viste?
Yo: Ahhh si! … che, que buen nombre!
Marcos: Si, soy bueno con los nombres…
Yo: Che, pero que son los Faesyr?
Marcos: No sé, nunca vi uno, a lo mejor no se pueden ver…
Yo: Ajá…
Marcos: Pero claro, no pueden hacer magia en cualquier lado, porque la gente se enteraría de toque. Solamente pueden hacer magia en los puntos ciegos…
Yo: (Ya había capturado mi atención) Puntos ciegos?
Marcos: Si, esos lugares donde nadie está viendo, entonces, nadie se daría cuenta si pasara algo…
Yo: Entiendo…
Marcos: Por eso quería hablar con vos, para no entrar en un punto ciego. Sin dudas, nada puede pasarme ahora, porque vos te darías cuenta.
Yo: Claro… Igualmente, es imposible no entrar nunca en un punto ciego, en algún momento uno siempre está solo.. en una calle solitaria, o cuando dormís o vas al baño…
Marcos: Si, pero ahí no pasa nada. Si no ya me hubiera pasado. Seguramente hacer magia ahí es aburrido, entonces los Faesyr no desaparecen gente ahí, no tiene chiste.
Yo: Desaparecen gente?
Marcos: Podrían hacerlo, o a lo mejor te cambian el color del pelo, o te transforman en perro…
Yo: Pero entonces, si el chiste está en desaparecer la gente entre multitudes, que haces acá? No es peligroso?
Marcos: En realidad a mi no me preocupa, yo me cuido de no entrar en los puntos ciegos (dicho esto, se da vuelta y comienza a caminar de espaldas) Hablando con vos por ejemplo.
Yo: Que haces?
Marcos: Estoy viendo esa chica…
Yo: (girando de inmediato) Cual?? … … No es Taaaaan linda che…
Marcos: No, pero la miro porque va sola, podría caer en un punto ciego…
Yo: Que considerado…
Marcos: Uno hace lo que puede…
Yo: Veo. Pero explicame una cosa. Si vos nunca viste un Faesyr. Y, obviamente, tampoco viste magia porque sólo ocurre en puntos ciegos y si la hubieses visto no hubiese sido en un punto ciego, no? Entonces, Cómo sabés que son así como decís las cosas realmente?
Marcos: No lo sé, pero podrían serlo. Vos estás dispuesto a correr el riesgo?
Yo:

En eso, llegamos hasta Avenida de Mayo. Yo debía tomar el subte allí.

Yo: Bueno, acá nos separamos Marcos. Tengo que tomar el subte.
Marcos: Ok, un gustazo che! No me hacés un favor?
Yo: Si?
Marcos: No me mirás hasta que empiece a hablar con esa otra persona?
Yo: Si, seguro.
Marcos: Gracias. Adiós Amigo!
Yo: Chau Marcos!

Me tomé el subte. Me preocupo que no me estuviera viendo nadie. De modo que bajito, empecé a cantar: “Cucu soy yo soy cocomiel, bichito de suerte soy yo….”