Las Cronicas de Fede

Mi vida, que mas?

Nombre: Fede

mayo 31, 2006

Orgullo pre-escolar


Como me ven de Se-ño-ri-ta?

Inverosímil como puede parecerles, en algún punto he llegado a considerar emprender una carrera como maestra jardinera al finalizar mis estudios de psicología. Estas consideraciones no se deben simplemente a conseguir que me paguen por jugar a los power rangers, sino más bien, a que ha caído en mi atención que las maestras jardineras se cuentan entre las personas más orgullosas del mundo en su status.

¿Porque digo esto? Permítanme exponerles mis experiencias. En el ámbito académico, he tenido oportunidad de cursar en distintos horarios las distintas materias de mi historia de excelencia académica. Seguramente sin saberlo, he cursado con panaderos, oficinistas, obreros, cadetes, telemarketers, pasea perros, almaceneros, mecánicos, doctores, y ¿porque no?, hasta algún ingeniero arrepentido. Claro está que si tuve el gusto, no me di por aludido, porque ni los doctores estaban con delantal, ni los obreros con el casco de seguridad, ni los mecánicos llevan su mameluco engrasado. Ahora, nunca faltó la maestra jardinera (ni siquiera cuando estudiaba ingeniería), que, a tal punto orgullosa de su profesión, portaba con la frente en alto y a cualquier hora del día su payasesco delantal a cuadrillé rosa o celeste.

Algunos argüirán que acude a la facultad directamente desde el trabajo. Esta hipótesis cierra bastante bien para horarios vespertinos. Pero en una materia que comienza a las 21:30 ya no es tan así. Quisiera conocer aquel jardín que finaliza sus currículas en ese indecente horario nocturno.

Otros proponen que liviano como parece, el delantal jardinero es en verdad muy abrigado y que esta seria la razón de su vigencia. Si bien cabe la posibilidad, no existe verdaderamente evidencia que así lo pruebe.

De modo que me inclino por mi conjetura inicial de un orgullo profesional y ya estoy cantando pri para ser el power ranger verde!

PD: No puedo dejar pasar la oportunidad de saludar en su cumpleaños a mi querida novia Natalia y a mi fiel amigo Martín.

mayo 23, 2006

5 Quesos


El quinto queso era yo.

El género femenino suele ofenderse cuando se le achaca la labor culinaria. Lejos de disminuirlas, esta atribución las enaltece. La facultad gastronómica no se les delega, les pertenece. Y prueba de ello es lo sucedido el pasado sábado, cuando, en mi calidad de miembro del género masculino de la raza humana, quise cocinar.

Quizás una salsa “a los 4 quesos” se encontraba fuera de mi liga. Es decir, obviamente era así. Quiero decir, a lo mejor es una salsa que complica hasta al más capaz de los cocineros. Pero no creo que ese sea el caso.

Según la receta que me consiguió mi novia, debía poner a transparentar, sin dorar, unas ciboulettes, y menos mal que ella me pudo explicar telefónicamente lo que es “transparentar”, por no mencionar lo que son las “ciboulettes”. No es que haya servido de mucho en cualquier caso.


Puse las ciboulettes en la sartén con aceite y me puse a cortar queso… Claro, en dos segundos ya estaban doradas las ciboulettes. Bajo el lema “todavía sirve”, arroje dentro los quesos y comencé a revolver con una cuchara de madera. No tenía mucho aspecto de salsa así que le agregué leche como recomendaba al final de la receta si a consistencia era muy espesa. En ese momento reparé en la crema de leche sobre la mesada y recordé que se suponía que antes de los quesos hubiese correspondido verter la crema. “Todavía sirve”, y agregué la crema.

Mientras revolvía encontraba resistencias en el fondo de la sartén. Y en una oportunidad, al tratar de vencerlas, pude despegar el queso fundido y comprobé que se había generado una especie de capa de queso quemado en el fondo que emulaba un omelette. Retiré el queso quemado, lo corté en trozos pequeños y lo volví a agregar a la sartén, lo cual, dicho sea de paso, parecía muy lógico en aquel entonces.

La salsa ya parecía estar, dentro de lo que se puede llamar “estar”. Entonces cobré conciencia de que ni había puesto al fuego el agua para hacer los fideos. Dejé la salsa al mínimo y me dediqué a los fideos. También tuve que preparar unas salchichas para mi hermanita que se negó a probar la salsa que burbujeaba en su amarillo, blanco y negro.

Pormenores más, pormenores menos. Al rato los fideos y las salchichas estaban listos, salpimenté la salsa y le agregué una pizca de nuez moscada. Tiré a la basura las tres cuartas partes de ella y pude salvar suficiente para acompañar mi porción de fideos.

Para mi sorpresa, la salsa estaba rica y, de no ser por el hecho de que la repetí toda la noche, me hubiese considerado satisfecho.

Pero aún restaba el último tramo de la odisea. Desafiaba todos los principios de la lógica la cantidad de elementos que ensucié para hacer salsa para una sola persona (aunque estaba pensada como para cuatro).

En fin, está claro que si le dejamos la cocina a las mujeres es por una insuficiencia personal y no por denigrarlas…

mayo 19, 2006

Política


Che Aristimuño, hasta la victoria siempre!

Ha decir verdad, originalmente pensaba dedicar una crónica hablando a favor de la democratización y en contra de Alterini y demás asuntos concernientes a la crisis en la UBA. La crisis va a continuar siendo el marco de mis palabras, pero ya no voy a hablar a favor de nadie ni nada más que de participación misma, cualquiera esta sea.

Creo yo que el problema principal de la UBA, y porque no de la república toda, y aún más, las sociedades occidentales como las conocemos, es una anestesia social que se traduce en falta de compromiso, falta de interés. En la argentina particularmente, esto puede deberse a que producto de mucha ineficiencia y bastante mala intención de algunos, la política quedo cargada con un monto de significación negativa más que considerable.

Pero la política no sólo es necesaria, sino que es inevitable. Y la inacción (que tan oportunamente cuestionó Don David AQUI) no es sino, otra postura política más. Y la principal consecuencia de esa política es el grave problema de legitimidad que impera hoy día en la UBA.

Este problema se presenta en ambos frentes. Por un lado, en pleno derecho creo yo, se esta cuestionando la legitimidad de las autoridades de las distintas facultades y del mismo rector a elegirse, pues la forma en que son electos produce una maquinaria de auto-perpetuación de las mismas personas desde la época de la dictadura. Pero este cuestionamiento en sí, no cuenta con la legitimidad que le critica al sistema. Esto se debe a que elecciones de centro de estudiantes no son obligatorias, por lo que la gran mayoría no vota (al menos en psicología). Y los alumnos que se hacen presentes y protestan, pese a ser muchos, no llegan a ser el 10% del alumnado total (y creo que estoy siendo muy generoso con ese porcentaje).

Hay muchas razones que “justifican” la no-participación, y no es la menor de ellas la forma de hacer política de las distintas agrupaciones estudiantiles. En este último tiempo he tenido oportunidad de ver un poco mejor como se manejan y la verdad es que es muy criticable. Pero al menos están haciendo algo, de la manera que mejor les parece a ellos. Y si esta manera no te representa, estás en todo tu derecho de acercarte a proponer alternativas. De hecho, creo que hasta sería tu obligación hacerlo (desde un punto de vista ético por supuesto).

Ahora, lo que humildemente quisiera pedir desde este espacio es que si sos un estudiante, por favor, preocupate, informate, formate un juicio, cualquiera este sea, y compartilo. No hay forma de que realmente se pueda lograr cualquier cambio, tanto en una facultad como en un país, cuando este es llevado adelante por una minoría sin nadie atrás. Si no sos estudiante pero conoces alguien que si, por favor, referile este texto. Y en todo caso, también hacete cargo de lo que te toca en un nivel más nacional si cabe. Porque lo mismo que nos está pasando en la facultad, pasa en el país.

Bueno, disculpen la extensión.

Aristimusic: Jack Jonson no es ningún anónimo en la música mundial, pero este tema no es tan conocido y a mi me encanta.

mayo 12, 2006

Cien


100 boludeces... que capacidad!

Así es, la presente es nada menos que la centésima crónica que comparto con ustedes. Lamentablemente, va a ser una corta.

Sucede que la semana que viene tengo dos parciales, a la vez que no tuve oportunidad de acercarme a mi artista oficial esta semana para pedirle algún dibujo, y a eso sumando que no tengo muchas ganas tampoco de dibujarlo yo. En definitiva, hice este precioso arte conceptual con un 100 en el medio y salí del paso.

Pensé en directamente esperar a terminar de rendir y volver a postear algo quizás más digno de las circunstancias. Pero llegó a mis oidos que en varios países nórdicos ya estaban programadas olas de suicidios masivos para este finde semana, producto de una falsa creencia en un supuesto abandono, seguramente esparcida por antiaristimuñans...

La semana que viene, el jueves o el viernes seguramente, volveré con más crónicas. Hasta entonces.

mayo 04, 2006

Fan Mail # 2


Todo un rockstar

Estimado Aristimuño:
Mi nombre es Leopold, y soy un Leopardo de la selva de Ucrania. Mi familia está prácticamente extinta y me encuentro asediado por cazadores que quieren mi piel para usarla de alfombra. ¿Que me recomienda hacer?

(¡Muchas gracias Hugo por la correspondencia!)

Entre los miles y miles de cartas que he recibido en el pasado mes y medio. Sin lugar a dudas, este ha llamado mi atención. Se trata de Leopold, el leopardo. Ahora, todos sabemos que los leopoldos no hablan y menos que menos escriben. Ni hablar de los leopardos. Aún más importante, sabemos que en Ucrania no hay selvas.

Todos estos datos desmentidos me habían llevado a una primera conclusión de una carta anti-aristimuñan infiltrada con el fin de hacerme perder mi precioso tiempo. Esto no resultaría del todo extraño, los anti-aristimuñan, tras sus repetidos fracasos a mayores escalas, en estos días se están contentando con pequeñas e insignificantes victorias.

En un análisis un tanto más profundo uno puede decir que no es casual la elección de nombres y emplazamientos. Tomemos a Leopoldo. Leopoldo es un nombre de origen germano y significa “fuerte y audaz como el león”. Por su parte, el leopardo no tiene mucha carga semiótica en sí. Pero analizando ciertas escuelas de kung fu, encontré que este representa la velocidad. Así, nos encontramos con un valiente, una persona fuerte, un Leopoldo, pero que no puede evitar ser un leopardo en los tiempos que corren. No puede evitar las prisas, el apuro por llegar rápido a ningún lado y los tiempos disciplinarios de las sociedades actuales.

No me caben dudas ahora que tampoco es casual que hablemos de Ucrania. Uno de los países que más sufrió el proceso de empoderamiento de las naciones. Por supuesto que estoy hablando de la planta nuclear de Chernobyl y el penoso asunto que la circunscribe.

Entonces obtenemos que se trata de una persona que si bien fuerte, se ve inmersa en el torbellino de tiempos impíos de hoy día, en una sociedad exitista y donde lo único que importa es la producción. Una persona que se ve cazada por otras personas que anhelan, su piel, o su puesto. ¡Cuanta actualidad alcanza en este momento la célebre frase de Hobbes! “Homo homine lupus est”.

Y claro, la pregunta obvia. ¿Que se hace en esta situación? ¿Qué hace un pobre Leopoldo en esta situación? ¿Un noble león entre leopardos?

La respuesta no es ni obvia ni sencilla, y lamentablemente no esta en mi responderla. Aunque alguien que maneja la metáfora con la exquisitez que los hacés vos, seguramente ya sabía esto. La batalla por la libertad es un día a día. Por lo pronto, sólo me alegro de que exista gente que pueda tomar conciencia del vacío que genera este tipo de sociedad.

Sin más, muchas gracias por escribir.

PD: Recuerden todos que todos pueden participar de esta sección. Manden un mail con su carta a
aristi1982@yahoo.com.ar !!!!