Las Cronicas de Fede

Mi vida, que mas?

Nombre: Fede

octubre 22, 2012

Nuevo Proyecto: Fútbol Cósmico!!

Holas querida comunidad Aristimuñan, al menos aquellos que aún pasen cada tanto por aquí...

Quería contarles que estoy haciendo con unos amigos un nuevo proyecto: Fútbol Cósmico.

Este es el blog:


http://futbolcosmico.wordpress.com/

Y también estamos en facebook si nos buscan como Fútbol Cósmico.

Los espero!

diciembre 07, 2006

Sentidos

No deja de sorprenderme, como lo hizo en su momento el asunto de Cromagnón, los incidentes que se produjeron estos últimos días en Asunción, Paraguay. Si por un lado respeto la voluntad de un pueblo manifestándose, no puedo dejar de leer en ella un deseo de venganza, de sufrimiento ajeno. Deseo que también respeto, y es tan digno y humano como cualquier otro, pero no puedo evitar que me incomode que se identifique esta idea con la idea de justicia.

Creo firmemente en la completa inutilidad de la institución carcelaria. Cumple menos una función reformatoria que degenerativa. Y en el marco de la actualidad esta ya fue naturalizada como un castigo para redimir las faltas. Como si el sufrimiento redimiera algo.


Los hamster son malvados, las carceles estan pobladas por ellos...

Lo que particularmente me sacude en sobremanera es ver a la gente gritando justicia mientras pretenden castigo. Es la expresión actual de la ley del tallión, “yo sufrí, entonces vos sufrí también”. ¿Existe entonces un placer en el sufrimiento del otro? El sadismo en este punto es innegable.

Pueden apelarme que la cárcel cumple una función preventiva, impidiendo que el acusado vuelva a ocasionar daño. Cierto, pero esa meta se puede alcanzar de otra manera. Y me estoy refiriendo a cualquier caso, delito y situación. La cárcel no es más que un parche en el mejor de los casos. Y hasta sería más lógico que todas las condenas sean perpetuas porque nadie va a salir de ella con mejores intenciones que con las que entró.

En este último caso en particular, al igual que en Cromagnón, se juega a su vez un tema de justicia social. Es justo que el empresario en cuestión se someta a la misma justicia a la que se sometería cualquier otra persona. Y en ese sentido, más que en cualquier otro, respeto el reclamo del pueblo.

Pero demos al asunto una vuelta de rosca más. Yo creo que las transgresiones pueden ordenarse en dos grandes categorías de acuerdo a su causa. Aquellas que se producen por un grave desequilibrio psíquico en el infractor y aquellas que no. Las primeras son un tema aparte y las excluyo de este análisis. Sin duda deberán entrar en juego institución psiquiátricas y/o psicológicas (demás está decir que tampoco comparto la utilidad de las instituciones psiquiátricas como contenedoras, manicomios, internados). Las segundas, por su parte, se prestan a su vez, a un análisis más profundo.

Podemos dividir a las segundas también en dos subgrupos. Aquellas debidas a la exclusión social y aquellas que no. Voy a dar por sentado que estamos todos de acuerdo que la exclusión social es propia del sistema capitalista y que, en un análisis objetivo, el transgresor, al igual que todos nosotros, es un producto de su circunstancia, y si el sistema le enseña que su vida no vale nada, el sistema debería hacerse cargo cuando la arriesga sin más para poder formar parte del circuito capitalista. Por otro lado, encontramos a nuestro empresario, que siendo un miembro activo del sistema, delinque. Pero en realidad no está haciendo otra cosa que repetir lo que este sistema le enseñó. Lo que importa es el dinero y las mercancías, yo soy lo que soy gracias a mi dinero y mis mercancías, protejamos el dinero y las mercancías.

Como vemos, el quid de la cuestión reside en la falta de sentidos. La actualidad, tan evolucionada como parece, o al menos ostenta ser, es incapaz de brindarnos más que dos sentidos: el capitalista/consumista, y el religioso. Quizás agregaría a esta lista el sentido que alguno puede encontrar en una relación si la idealiza lo suficiente o la razón como se conoce en occidente (aunque no es tanto un sentido sino una búsqueda continua). Entonces se hace claro que con tan pocos sentidos disponibles, la gente se aferra al sentido que pudo alcanzar con todas sus fuerzas. Así lo hizo el empresario, así lo hacemos todos.

Creo que es hora de reconsiderar un poco las opciones que nos dan, o nos damos mejor dicho, porque el sistema somos nosotros mal que nos pese, en lugar de seguir buscando castigos para lo que nosotros mismos provocamos. Después de todo, la sobrepoblación de las cárceles es el menor de los problemas que esta escasez de sentidos produce.

noviembre 30, 2006

Discriminación indiscriminada


Quisiera aclarar que ni yo estaba con el torso desnudo, ni nati tiene 60 años y,
por supuesto, el mono-guardia del bingo no estaba vestido de botones.

La situación ha llegado a un punto límite y ya no se sostiene. Es ya tiempo de que el velo de la ilusión caiga de una buena vez de que comencemos a ver. Abramos de una vez los ojos a la verdad y quitémonos los lentes de la costumbre y la falsedad.

Mi ultimátum nace a raíz de la situación que experimenté hace ya una semana. Paseando un jueves por la noche con Natalia por la misteriosa Buenos Aires no encontrábamos un plan atractivo y asequible. Ya era tarde para el cine, ni hablar de los teatros, y estaba fresco como para salir a pasear a la intemperie. Entonces, en un arrebato de genialidad, di con la idea de ir a jugar al Bingo. Estos establecimientos funcionan en Buenos Aires cual los casinos y están abiertos a toda hora.

El incidente se produjo, cuando, en ojotas (pues estamos en verano, y a pesar del fresco que comenté que hacía, estas son cómodas si uno no planea pasear a la intemperie), quise acceder al establecimiento apuestil. Por reglas de la casa, no se me permitía el ingreso, explicó el guardia que la veda era a raíz de algunos incidentes y tropezones. Teniendo en cuenta la condición geronte de la mayoría de las personas que asisten, no encontré fallas lógicas al razonamiento.

Pero mi novia, con sus bonitas sandalias, SI tenía permitido el acceso, ¡señoras pitucas y viejas vianudas, podían acceder incluso con sus tacos aguja! Entonces, la lógica de los tropezones se derrumba inmediatamente y nos encontramos ante un claro caso de discriminación y anti-aristimuñalidad.

Sin embargo, quisiera detenerme en la relación ojota-sandalia. Un detenido examen nos proporciona la certeza de que la diferencia entre las partes es meramente estética. Debemos reconocer que tanto su función como su cobertura y/o protección, son idénticas. Entonces, acabemos con las mentiras.

Este hecho se repite en innumerables escenas de la vida cotidiana. No es mi intención hacer un listado de estas, sino alertarlos sobre su existencia, para que estén atentos y puedan reconocerlas, discriminarlas y luego, no discriminar donde no hace falta.

La mayoría de las personas no dudaría en considerar impúdica a una joven que se muestre tomando sol en su terraza, la playa o una plaza cualquiera si ésta se encuentra en ropa interior. Por otro lado, las bikinis parecen ser perfectamente aceptables. ¡Blasfemias! Exceptuando los casos de lingerie erótica con transparencias, la exhibición inherente a cada prenda es equivalente.

La inversa con los "caballeros" que usan speedos, esas nuevas mallas, son los equivalentes de los calzoncillos, ¡no se piensen que verlos en esas fachas es menos desagradable que verlos en calzones!

¡Acabemos con las mentiras! ¡Abramos los ojos de una buena vez!

noviembre 19, 2006

Pelea Plumosa

Ante todo, les debo a todos una disculpa, me he ausentado por un tiempo que sobrepasa bajo cualquier medida el límite de lo prudencial. Al respecto sólo diré que es menester dedicarse tiempo para vivir las aventuras si uno tiene intenciones de luego poder contarlas. Y, en un segundo lugar, antes de proseguir, quiero recomendar a todos las aventuras de la liga de la justicia que, a cargo de mi buen amigo personal, el señor Hugo Andrés "Oso Yogui" Simkin, mantuvieron vivo este espacio en la sección de comentarios del post precedente.


El eterno conflicto entre el bien y el mal, una vez más...

Regreso entonces, regreso ahora y con un sinfín de nuevas aventuras, entre las cuales quizás destaca la que ahora os narraré. Pues he participado, como no podía ser de otro modo, de la primer pelea de almohadas colectiva en la ciudad de Buenos Aires.

La cita fue el sábado 18 a las 18:00 horas en frente del planetario y rebatiendo mis ideas iniciales, la convocatoria fue impresionante. Los más prestigiados medios periodísticos hablan de una cifra del orden de las 3000 personas, en un lenguaje más coloquial y menos pretencioso, yo diría que eramos una banda de gente.

Armados con almohadas de distintos portes, acudimos Hugo, Natalia y un servidor. Y ya desde la distancia vislumbrabamos la multitud. A tal punto llegaba la presencia del aglutinamiento que mi novia reculó en la periferia de la muchedumbre y me entregó su almohada para que ajusticie ciudadanos en su nombre.

Cuando nos encontrabamos a - 50 metros del gentío, comenzamos a correr enarbolando nuestras almohadas pues la bataola había comenzado. Irrumpí la periferia de la contienda con un salto con giro doble flicflac y cuando me estaba resarciendo de un violento almohadonazo en la oreja escuche a Hugo gritar algo mientras se internaba precipitadamente en el epicentro de la refriega.

Ante tamaña imprudencia, me lancé tras él para hacerlo entrar en razones. El epicentro era insostenible. La beligerancia constante había levantado una densa nube de polvo y tierra que, mezclada con plumas y trozos de gomaespuma nublaban la vista y entorpecían la respiración, y con ellas mis intentos de rescate. Todo se complicó aún más cuando, a pesar de las ya mencionadas dificultades visuales uno de los contendientes percibió que yo contaba con dos almohadas (recuerden que mi novia me había ofrendado la suya) y al grito de "¡ese tiene dos! ¡ese tiene dos!" se lanzó animosamente contra mi. Naturalmente, en los estados que induce una batalla de ese calibre, cualquier denuncia como la citada provoca una respuesta multitudinaria y en breve me vi rodeado de almohadas con pocas señales amistosas. No indemne, pude escapar con lo que dí en llamar la "técnica del helicóptero" girando ambas almohadas sobre mi cabeza a la vez que me alejaba nuevamente hacia la periferia.

De nuevo en los brazos de mi amada, le devolví una almohada y desde entonces realicé incontables incursiones en busca de mi buen amigo. Lamentablemente todas ellas infructuosas. Encontré un duelo de dos esgrimistas de almohadas muy hábiles, un tipo disfrazado de caballo, a Wally, y en tres oportunidades reconoci a un individuo disfrazado del hombre araña que gritaba mientras era perseguido y azotado por turbas furiosas entre las que se escuchaban las voces de "¡Aguante superman! ¡Eh puto, en la liga de la justicia no te llamaron!". En vano traté de explicarles que mientras superman y la liga de la justicia pertenecían a DC comics, el hombre araña era de Marvel y por tanto, se trataban de cosmogonías totalmente diferentes.

El punto es que no pude reencontrarme con Hugo, y habiendo trascurrido ya 24 horas de su última avistación estamos pensando lo peor. Ruego a todos mis seguidores que compartan cualquier información al respecto. Aunemos nuestras fuerzas. Vamos a encontrar a Hugo!

octubre 04, 2006

Parcial


Segismundo

Sabrán disculpar, estoy estudiando las cosas que dijo mi amigo de aquí arriba y lo que sobre ello dijeron, Peter Blos y Helen Deutsch.

Rindo mañana y estoy quemadísimo. En unos días vuelvo.