La Pegatinada

Yes! aprendé inglés, eh?!

Pegatinar volantes es una labor harto demandante aunque no lo parezca así. Una vez concluida mi primer tanda de parciales, decidí que era tiempo de comenzar la pegatinada, al menos por el barrio, y eso me dispuse a hacer el pasado martes.

Yo sinceramente no entiendo como la evolución no se dirigió a darnos un brazo mas, porque en serio, hubiese resultado bastante útil. Yo creo que si ayer me filmaban y me pasaban en fast forward con música de Benny Hill podrían haber recolectado una pequeña fortuna. Sólo imagínense, yo debía transportar todas las volantinas, mas una tijera mas cinta scotch. Ahora, para cortar un trozo de cinta scotch necesitaba ambas manos, de modo que depositaba las volantinas en el suelo. Estas, por supuesto, con el viento empezaban a volarse, así que las pisaba con un pie para que no se vuelen. Luego, cortaba la cinta scotch, pero me quedaba la tijera en la mano, tenía que dejarla con suavidad en el bolsillo, luego agacharme para agarrar una volantina, la segunda porque la primera tenía toda la marca de mi zapatilla que la pisaba. Cuando por fin la tenía, con el viento y el ajetreo, la cinto scotch que había cortado ya estaba toda pegada sobre si misma.

Finamente, y gracias a que el bueno de Hugo me presto un morral donde colocar las volantinas, y que finalmente descarte el uso de la tijera para pasar a los dientes (si, te queda un gustito delicioso en la boca) pude dinamizar un poco el proceso, de todas formas fue muy lento.

Yo no sé si yo seré muy lento, o si habrá muchos postes por cuadra en mi zona, pero en aproximadamente dos horas de pegatinación, cubrí apenas 6 cuadras…

Bueno, si alguno de ustedes pasa por Palermo y ve algún cartelito, péguenme un llamado, aunque sea para avisar que lo vieron, así siento que valió la pena…