Chronicles of the past III

nomine battle

“Y lo llamaron Fede…”

(el siguiente texto fue extraído del libro “just Fede” de Jorge Luis Borges)

Resulta que las gentes, en su afán de diferenciarse de la masa anónima de la sociedad, un buen día, empezaron a ponerse nombre.

Desde entonces, la humanidad ha debido ver a sus miembros batallar mutuamente por la portación de apelativos, pues son conocidos los enredos y complicaciones que puede acarrear la presencia de dos sujetos de igual denominación en un mismo grupo de pertenencia.

Hay numerosas formas de conseguir un nombre: puede haber sido dado por los padres, quizás heredado, quizás elegido por los amigos o incluso por uno mismo. También, puede ser que haya que ganárselo en una Batalla de los Nombres.

Y Batalla de los Nombres no existió como aquella que libró nuestro héroe Aristimuñil a fines de la década del noventa.

Le tocó en suerte enfrentar la crisis provocada por la superpoblación de Federicos del ´97 en su círculo de amistades. Entre aproximadamente 13 o 14 personas miembros, había ni mas ni menos que 4 Federicos.

Nuestro héroe hubo de recurrir a toda su astucia en aquella ocasión. Demás está decir que resultó victorioso, permaneciendo “el Fede” del grupo.

¿Cómo lo logró? Bueno, dos de los Federicos ya contaban con apodos con los que se sentían cómodos (Fizu y La Morsa respectivamente). En estos casos, sólo hizo falta reforzar esta correspondencia.

Sin dudas, el problema era Fede Gesu, el habilidoso jugador de fútbol. Esta cualidad le había valido el respeto del grupo lo cual dificultaba las cosas. Sin embargo, el carisma de nuestro prócer pudo más y Fede Ges paso a llamarse desde entonces… Fede Gesu (con mención de apellido).

Sólo hay lugar para un Fede. Sólo un Fede en nuestros corazones. Él se gano este lugar así como toda nuestra admiración.

(Las siguientes 546 páginas de este capítulo son puros elogios y demostraciones de afecto de parte de Jorge Luis)